Iniciamos la práctica con movimientos suaves que abren y lubrican las articulaciones.
2. Pranayama o control de la respiración:
Continuamos con técnicas de respiración consciente (pranayama) para calmar la mente y enfocar la energía interna.
3. Asanas o posturas:
La secuencia de posturas está diseñada para trabajar la flexibilidad, fuerza y equilibrio.
Meditación guiada:
Después de la relajación física, pasamos a una meditación guiada, enfocada en la conexión con el cuerpo y la gratitud. A través de la respiración consciente, los participantes son guiados a un estado de paz interior y atención plena, liberando cualquier estrés o tensión mental.