Por Águeda Villa
La dieta cetogénica (ketogenic, en inglés) es aquella donde el cuerpo obtiene la mayor parte de calorías de las proteínas y grasas, limitando los carbohidratos. Al hacer este proceso, las reservas de glucógeno fáciles de obtener de los músculos y del hígado, que es donde se almacenan, van disminuyendo, y el cuerpo comienza a utilizar las grasas que tiene reservadas en el resto del cuerpo como principal fuente de energía.
Se llama así, cetogénica, gracias a los cuerpos cetónicos, moléculas producidas por el hígado cuando el cuerpo no tiene suficiente glucosa y comienza a quemar grasas para obtener energía. Son como un combustible para el cuerpo y aparecen cuando una persona ayuna, cuando consume dietas bajas en carbohidratos o cuando tiene diabetes tipo 1 y no la controla bien con insulina.
¿Cuál es el origen de la dieta keto?
Cuando comenzó a desarrollarse, en 1921, en la Clínica Mayo de Minnesota, Estados Unidos, llegó como un plan alimentario para el tratamiento de la epilepsia, mediante la inducción de un estado de cetosis similar al del ayuno.
Con el pasar de los años se han realizado diferentes análisis al papel de la dieta cetogénica y su evidencia respecto a otro tipo de terapias neurológicas además de la epilepsia, como el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple y la migraña, encontrando un amplio rango en su funcionamiento gracias a sus efectos, según un estudio de la facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Siedlce en Polonia en 2022.
Como los pacientes experimentaban muchos episodios de convulsión, los médicos vieron que limitando la ingesta y el aporte de carbohidratos disminuía la frecuencia de las convulsiones. Hoy en día, incluso para este tipo de personas es una dieta bastante difícil de sostener, lo que hace que, con el paso de los años, haya tenido algunas modificaciones.
¿Qué hace tan atractiva a la dieta cetogénica?
Este régimen alimenticio ha ganado popularidad entre diferentes pacientes diagnosticados con obesidad o temas relacionados. La pérdida de peso ya sea por temas de salud, bienestar, o simplemente por vanidad, pusieron en el mapa médico su concepto y puesta en práctica.
“Es utilizar toda la grasa como fuente de energía. No solamente la que nos puede aparecer en la barriga, brazos o papada; también, esos ácidos grasos que tenemos almacenados en el interior de los órganos, que son los más peligrosos”, explicó Sara Mesa, médica radióloga de la Universidad CES, de Medellín y autora de los libros Aire, Tu Cerebro, y el libro de recetas Cocina y mente.
Al obtener energía, principalmente de las grasas buenas y no procesadas, como por ejemplo los aceites vegetales, el aguacate o las semillas, la persona le está limitando al cuerpo la ingesta de alimentos complejos, que son malos para la salud. Pese a que estos últimos pueden producir inflamación, también se priva al organismo de necesidades calóricas de otros alimentos, lo que hace que este tipo de dieta tenga también muchas desventajas.
¿Cuáles son los riesgos de la dieta cetogénica?
En las tablas nutricionales que conocemos hay algunos cereales que tienen mayor cantidad de carbohidratos que otros. Por ejemplo, los granos, el trigo o el arroz, que le aportan un alto porcentaje de glicemia a la sangre, y por eso se encuentran completamente eliminados de la dieta cetogénica.
“La dieta cetogénica no debería limitar los carbohidratos complejos, como los vegetales. Por el contrario, podrías consumir muchos de ellos, al igual que las hojas verdes y las coles, obteniendo suficiente fibra y beneficiando las bacterias intestinales, generando micronutrientes necesarios para el organismo”, precisó Sara Mesa.
Además, la médica radióloga agregó que los peligros de la dieta cetogénica están en su implementación sin asesoría profesional, pues muchos de los que practican este tipo de alimentación, lo hacen porque alguien les contó o por resultados personales, sin saber exactamente lo que su cuerpo necesita.
“De ahí la importancia de recibir la guía de un médico especialista experto en el tema, que ayude al paciente a llevar un balance en su alimentación. Este tipo de cambio en la dieta puede llegar a ser extremadamente peligroso para una persona”, aseguró la especialista.
¿Quiénes no deberían seguir una dieta cetogénica?
Las mujeres que estén embarazadas, en edad reproductiva, o en la búsqueda de tener hijos. También, aquellas personas con altos niveles de estrés o picos altos de hipoglicemia. Esta es una dieta intensa para el cuerpo y debe estar vigilada por un médico de manera permanente.
“Yo opto siempre por recomendar una alimentación mucho más balanceada con alto consumo de carbohidratos complejos, desde diferentes fuentes de origen vegetal. Hay mucho peligro con estas dietas extremas, difíciles de sostener, por el efecto rebote, en el que se consumen otros carbohidratos y el cuerpo entiende esto como una señal de almacenamiento inmediato”, concluyó la médica especialista.
Alimentarnos bien es darle al cuerpo diferentes fuentes de fibra y fitonutrientes, utilizar como alternativa una alimentación basada en plantas con suficientes aportes de vegetales, frutas, semillas y hojas verdes, junto con la cantidad de proteína necesaria. Además, realizar actividad física y mejores hábitos de bienestar para una calidad de vida óptima.