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Salud Mental - diciembre 20, 2024

¿Por qué se produce el ciberacoso y el acoso físico?

El ciberacoso y el acoso físico, si bien son similares, tienen su origen de manera diferente. Un estudio explica la naturaleza de ambos, las consecuencias y cómo prevenirlas.

Redacción Bienitú

El ciberacoso y el acoso offline son dos caras de una misma moneda: la violencia interpersonal en el mundo digital y físico. Aunque comparten características comunes, como el deseo de causar daño a otra persona, presentan diferencias significativas en cuanto a sus motivaciones y dinámicas. Comprender estas diferencias es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de prevención.

El acoso offline es cualquier comportamiento agresivo, intencional y repetitivo dirigido hacia una persona o grupo de personas, con el objetivo de intimidar, humillar, aislar o causar daño físico o psicológico. A diferencia del ciberacoso, que ocurre a través de medios digitales, el acoso offline se produce de manera presencial. 

Motivaciones detrás del acoso

En el estudio titulado ¿Por qué hiciste eso? Diferencias entre los tipos de agresión en el acoso offline y en el ciberacoso (2022), realizado para la Universidad de Viena, Austria, y el Instituto Telethon Kids, en Australia Occidental, los autores Daniel Graf, Takuya Yanagida, Kevin Runions y Christiane Spiel revelaron que las motivaciones detrás del ciberacoso y el acoso offline difieren notablemente. Este estudio se centró en analizar el acoso en un grupo de 770 personas, principalmente niñas (67 %), con edades cercanas a los 23 años y que eran hablantes nativos de alemán. 

De acuerdo con la investigación, mientras que el ciberacoso suele estar impulsado por la agresión recreativa, motivada por la satisfacción personal inmediata y el anonimato del entorno digital, el acoso offline está más asociado a motivos como la ira, la venganza y la búsqueda de reconocimiento social. Estos hallazgos sugieren que los factores contextuales, como la proximidad social, la disponibilidad de la víctima y el anonimato, desempeñan un papel crucial en la configuración de las motivaciones de los agresores.

«Por ejemplo, la presencia sincrónica de espectadores en el contexto offline (en la escuela, durante la clase) es bien controlable desde el punto de vista de un perpetrador. Sin embargo, en el ciberespacio, la situación social es más incontrolable. Es decir, es más difícil garantizar la sincronicidad temporal y espacial de las personas a las que el perpetrador intenta impresionar», explicó el estudio. 

En el ciberespacio, la falta de consecuencias inmediatas y la facilidad para ocultar la identidad pueden fomentar comportamientos agresivos impulsivos y hedonistas. Los acosadores en línea pueden sentirse menos inhibidos y experimentar una sensación de poder al causar daño a otros desde la seguridad de sus dispositivos. Por otro lado, en el mundo real, las provocaciones directas y las relaciones interpersonales más cercanas pueden desencadenar reacciones basadas en emociones como la ira o la venganza.

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El papel de las víctimas y los testigos

La reacción de las víctimas también juega un papel fundamental. Estudios han demostrado que cuando una víctima expresa claramente su malestar, es más probable que otros jóvenes intervengan. Sin embargo, muchas víctimas pueden sentir miedo, vergüenza o culpa, lo que les impide buscar ayuda.

Los testigos también desempeñan un papel crucial. Su decisión de intervenir o no depende de varios factores, como la gravedad percibida del acoso, la relación con la víctima y el acosador, y las normas sociales del grupo. Empoderar a los testigos para que se conviertan en defensores de las víctimas es una parte esencial de cualquier estrategia de prevención.

Implicaciones para la prevención

Comprender las motivaciones detrás del ciberacoso y el acoso offline, así como el papel de las víctimas y los testigos, es esencial para desarrollar estrategias de prevención efectivas. Estas estrategias deben abordar tanto los aspectos emocionales como los contextuales del acoso.

Prevención del ciberacoso: Educación: Sensibilizar a los jóvenes sobre los riesgos del ciberacoso, las consecuencias legales y el impacto en la salud mental.

Habilidades sociales: Desarrollar habilidades de comunicación, resolución de conflictos y pensamiento crítico.

Ciberseguridad: Enseñar a los jóvenes a proteger su privacidad en línea y a utilizar las herramientas digitales de manera segura.

Intervención de los espectadores: Empoderar a los testigos para que intervengan de manera segura y efectiva.

Prevención del acoso offline
Gestión emocional: Ayudar a los jóvenes a identificar y gestionar sus emociones de manera saludable.

Resolución de conflictos: Enseñar habilidades de negociación y mediación.

Clima escolar positivo: Crear un ambiente escolar inclusivo y respetuoso.

El papel de las familias, las escuelas y las comunidades

Las familias, las escuelas y las comunidades desempeñan un papel fundamental en la prevención del acoso. Las familias pueden fomentar un ambiente de comunicación abierta y confianza, donde los jóvenes se sientan seguros para compartir sus experiencias. Las escuelas pueden implementar programas de educación emocional, ciberseguridad y resolución de conflictos. Las comunidades pueden organizar campañas de sensibilización y apoyar iniciativas locales para prevenir el acoso.

El ciberacoso y el acoso offline son problemas complejos que requieren soluciones multifacéticas. Al comprender las motivaciones detrás del acoso, el papel de las víctimas y los testigos, y al implementar estrategias de prevención efectivas, podemos crear entornos más seguros y saludables para todos los jóvenes.

*Este contenido es realizado con ayuda de IA con revisión de un periodista y editor de contenidos. 

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