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Salud Mental - diciembre 20, 2024

El virus de las fake news: ¿Cómo nos infecta?

¿Alguna vez has compartido una noticia en redes sociales sin verificar si era cierta? No estás solo. La desinformación se ha convertido en un problema global, y entender por qué caemos en estas trampas es el primer paso para combatirla.

Nuestro cerebro está diseñado para buscar patrones y tomar atajos mentales. Esto nos permite procesar información rápidamente, pero también nos hace susceptibles a sesgos cognitivos. Uno de ellos es el sesgo de confirmación: tendemos a buscar y creer información que confirma nuestras creencias preexistentes, ignorando o desestimando lo que las contradice.

Otro factor importante es la emoción. Las noticias que provocan fuertes reacciones emocionales, como miedo, ira o sorpresa, tienen más probabilidades de ser recordadas y compartidas. Esto se debe a que las emociones fortalecen las conexiones neuronales asociadas a esa información, haciéndola más memorable.

«Nuestro cerebro tiende a la pereza y odia la incertidumbre, ante la que reacciona buscando seguridad y control. En momentos de crisis somos más propensos a confiar y compartir información no verificada», explicó María Fernández-López, investigadora en Ciencia Cognitiva en la Universidad de Valencia para Theconversation.com/es.

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Las redes sociales: un terreno fértil para la desinformación

Las redes sociales han revolucionado la forma en que consumimos información, pero también han creado un entorno ideal para la propagación de noticias falsas. Los algoritmos de estas plataformas están diseñados para mostrarnos contenido que nos interesa, lo que refuerza nuestras creencias y nos aísla en «burbujas de filtro». Además, la viralidad de las publicaciones hace que las noticias falsas se difundan a gran velocidad, llegando a un público cada vez más amplio.

La desinformación se aprovecha de nuestra necesidad de pertenecer a un grupo. Cuando vemos que nuestros amigos o seguidores comparten una noticia, tendemos a asumir que es verdadera y a compartirla a su vez. Esto crea un efecto de bola de nieve, donde una mentira se convierte rápidamente en una verdad para muchos.

«Cultivar el pensamiento crítico y verificar la información no solo protege nuestra tranquilidad individual, sino que también honra ese espíritu de comunidad y apoyo mutuo», agregó la investigadora.

Al comprender los mecanismos psicológicos y sociales que nos hacen vulnerables a la desinformación, podemos desarrollar habilidades críticas para identificar y combatir las noticias falsas. Recuerda, una sociedad informada es una sociedad más fuerte.

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¿Cómo protegernos?

Desconfía de la primera impresión: Antes de compartir una noticia, tómate un momento para verificar su fuente.

Busca múltiples fuentes: Compara la información de diferentes sitios web y medios de comunicación.

Cuidado con los titulares sensacionalistas: Los titulares llamativos pueden ser una señal de que la noticia es exagerada o falsa.

Educa a los demás: Habla con tus amigos y familiares sobre la importancia de verificar la información.

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*SINC es un medio de comunicación de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. Su contenido es de uso libre y generado por un equipo de periodistas y comunicadores especializados en ciencia, tecnología e innovación.

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