Más allá de responsabilidades, risas y recuerdos, la compañía incondicional de las mascotas es altamente beneficiosa para la salud mental de sus cuidadores.
Por Águeda Villa
Adoptar a un perro o un gato implica ciertas responsabilidades relacionadas con las necesidades básicas del animal. Pero esto trae, como recompensa, la compañía incondicional de un nuevo miembro en la familia, que además desempeña un rol destacado como ayudantes de nuestra salud mental.
¿De qué manera contribuyen las mascotas en nuestro bienestar emocional?
Beneficios de las mascotas en nuestra salud mental
Aunque el hecho de tener estabilidad emocional no nos convierte inmediatamente en personas responsables y capaces de tener una mascota, tener un animal de compañía sí trae, casi automáticamente, una lista grandísima de beneficios.
“La compañía de una mascota puede tener impactos de forma profunda y positiva en la salud mental, uno de esos impactos es el apoyo emocional. No importa de qué mascota estemos hablando, todas ofrecen un contacto y compañía incondicional, reduciendo de alguna forma la sensación de ansiedad generada por la soledad, o brindando consuelo en situaciones de crisis o de momentos difíciles”, explicó Andrea Echeverry, psicóloga y humana responsable de tres gatos.
Carolina* es paciente diagnosticada con ansiedad generalizada, que ha encontrado en su perro cocker spaniel, de cinco años, el mejor soporte para los momentos de crisis. Así mismo, el animal le ha transmitido la tranquilidad necesaria, cuando siente que su cuidadora se encuentra en momentos difíciles.
“Lucho es quien me ayuda a calmarme. Se da cuenta de cuándo estoy en crisis y se acuesta a mi lado. Nos arrunchamos y me da tranquilidad. Es como si él sintiera por todo lo que estoy pasando y quisiera ayudarme con su presencia a que esté bien”, contó la mujer, añadiendo que, mirar a Lucho, consentirlo y cantarle canciones, le ayuda a descargar el estrés y manejar mejor la ansiedad con la que fue diagnosticada.
¿Buscas un antiestrés natural? Necesitas una mascota
Sara* es otra paciente diagnosticada con un trastorno mixto de ansiedad y depresión. Tábata y Luna son sus perritas. La primera llegó a su vida mientras cursaba su pregrado y la segunda un poco antes del confinamiento por Covid-19.
“Tenerlas conmigo ha causado un impacto muy positivo, pues en el caso de Tábata, siente cuando estoy mal, y en una época en la que tuve muchos ataques de pánico, los detectaba antes de que sucedieran”, narró Sara.
Además, explicó cómo Tábata, su perrita de raza yorkie, buscaba con desesperación estar en los brazos de Sara para brindarle alivio. “En momentos como ese, no me gusta la compañía humana, pero con Tábata es diferente. Funciona muy bien porque tenemos una gran conexión”, agregó.
Estudios han demostrado a lo largo de los años que la tenencia responsable de una mascota está conectada con la gestión de las emociones, la construcción de vínculos y el proceso de establecer intimidad. Quien comparte sus días con una mascota le da entrada a la vulnerabilidad, a expresar sus emociones con tranquilidad y a desarrollar con ese animal una conexión netamente emocional.
Un estudio realizado por la Universidad de Alto Douro, en Vila Real, Portugal, ayudó a que las mascotas influencian directamente la actividad física diaria de sus tutores, lo que terminaría afectando, indirectamente, su salud mental. El metaanálisis logró demostrar que, en concreto, quienes tienen mascotas muestran una mayor frecuencia de actividad física que aquellas personas que no conviven con ningún animal doméstico.
“Cuando hablamos de mascotas nos referimos a una relación entre animal y amo. Esta relación no implica necesariamente una tenencia responsable, lo que sí es posible es que, a raíz de esa misma conexión, el humano adquiera dicha responsabilidad, pues comenzará a establecer un ejercicio de cuidado”, precisó la psicóloga Andrea Echeverry.
La profesional agregó que tener una mascota le entrega al humano un propósito, como en el caso de los perros, por ejemplo, que al necesitar paseos frecuentes motivan a las personas a salir de casa y a realizar actividad física, aunque sea corta. Esa pequeña acción se convierte en un disruptor para el cerebro, activando neurotransmisores que ayudan a controlar la ansiedad y otras afecciones de salud mental.
“Aún hoy, en la pospandemia, cuando muchos espacios se reducen a la virtualidad, tener un perro ayuda a mejorar el estado físico y mental, pues al producir hormonas o neurotransmisores como dopamina, serotonina y oxitocina por la regulación del oxígeno en la sangre, la conexión entre el cerebro y el resto del cuerpo se hace evidente de manera positiva”, agregó la psicóloga.
Con una mascota se adquieren nuevas tareas, que van desde cuidarla, alimentarla, protegerla, hasta darle amor. Las personas son un custodio de esa mascota, y de paso, aumenta la autoestima: saberse amado y observado por ese amigo peludo te dará la sensación de que se te valora, lo que le aporta un gran efecto positivo a tu autoimagen.
Intercambiemos miedos y dolores
Carolina siente que Lucho, el perrito de su corazón, como le dice de cariño, le devuelve los mimos con miradas y ocurrencias. “Él me ha ayudado muchísimo con el tema de la ansiedad y de la depresión leve por estrés, pues me acompaña, me ayuda a distraerme y me pone un foco de responsabilidad: es un compromiso que ejerzo con amor gracias a nuestro vínculo, que cada vez es más grande”, contó.
Y es que acciones tan simples como acariciar a su perro la ayudan a combatir los síntomas. Sin embargo, hay animales que no disfrutan tanto ese tipo de contacto físico. “Luna, mi otra perrita, fue antes una perrita maltratada, lo que la hace miedosa con los ruidos fuertes. Con ella aprendí que para calmarla debo estar calmada yo, lo que me obliga a tomar aire, a respirar y a contenerme”, explicó Sara.
Terapéutico, pero no equivale a terapia
Pasear, comer y tener la arena limpia, son necesidades básicas de las mascotas que, para algunos pacientes, pueden convertirse en grandes retos a la hora de satisfacerlas. Si bien ser responsables de una mascota ayuda a tener ese sentido de compromiso y conexión con la vida, no está de más consultar con un psicólogo para revisar el estado de salud de uno de nuestros órganos principales: el cerebro.
“Tengo y he tenido mascotas. Siento que me han enseñado sobre límites, amor, cuidado y compañía. Amar desde la diferencia e individualidad de cada una de ellas, me han entregado responsabilidad y propósito y, lo más importante, me enseñan todos los días sobre el valor de la compañía. Eso es lo que también quiero transmitir en mis pacientes”, concluyó la médica especialista.
¡A lo que vinimos! Estos son los beneficios que tener una mascota le aporta a tu salud mental
- Consentir a un animal, a través de las caricias, provoca que liberemos hormonas. Mejora nuestro estado de ánimo y ese ejercicio de afecto provoca la producción natural de oxitocina que, como consecuencia, nos lleva a un estado de relajación.
- Tener mascotas nos ayuda a combatir la depresión y la soledad, estimula el contacto físico e incentiva la comunicación.
- Ayuda a combatir el estrés: Quienes tienen una mascota realizan actividad física cuando salen a pasearlos, lo que también puede hacer que haya socialización con otros humanos que a su vez tienen mascotas.
- El ronroneo de los gatos mitiga la ansiedad y brinda sensación de relajación.
- La tenencia de una mascota enseña a grandes y a chicos a tener responsabilidad a través del cuidado del animal, a mantener ciertas rutinas y a darle lugar a valores como la empatía y el respeto.
¡Es hora de darle las gracias a tu mascota por todos estos beneficios!
*Por petición de la fuente no se incluye el nombre completo.