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Alimentación consciente - septiembre 20, 2024

Alimentación en la primera infancia: Claves para un desarrollo saludable

Los primeros 1.000 días son cruciales para el desarrollo del bebé. La leche materna es esencial, ya los seis meses se introducen alimentos complementarios supervisando la tolerancia.

Los primeros 1.000 días de vida (32.8 meses) son cruciales para cualquier ser humano y se cuentan desde la concepción hasta el segundo cumpleaños. Durante esta etapa, es necesario que el infante reciba todos los alimentos adecuados para crecer bien y desarrollar todo su potencial.

¿Qué debe incluir la alimentación durante la primera infancia? ¿Qué alimentos debe consumir un infante durante los primeros 1.000 días de su vida?

Primera etapa de la alimentación en la infancia: La leche materna como base nutricional 

En la lactancia materna encontramos, cuando nacemos, todo lo que necesitamos. Se ha probado científicamente que este alimento exclusivo es el encargado de brindarnos todos los nutrientes necesarios para protegernos de enfermedades y favorecer nuestro desarrollo cerebral.

Decir que la lactancia materna salva vidas no es ninguna exageración. Su suministro durante los primeros seis meses es fundamental para garantizar el crecimiento saludable de cualquier persona.

“El alimento principal para los bebés debe ser la leche materna, la leche de fórmula o ambas. Es en la leche donde el bebé va a encontrar todo lo necesario según el requerimiento energético de macro y micronutrientes de sus primeros meses de vida”, explicó Camila Villegas, médica puericultora y magíster en neurodesarrollo y aprendizaje de la Universidad CES.

Alimentación complementaria en bebés: Qué alimentos introducir después de la lactancia materna 

Pasados los seis meses de una alimentación única con leche materna, llega el momento de la segunda etapa para recibir otro tipo de nutrientes. Aquí se incluyen distintos grupos de alimentos. A esta fase se le conoce como alimentación complementaria, porque se van agregando de manera periódica otros elementos diferentes a los que componen la leche.  

“No significa que después de los seis meses de vida ya no necesiten de la leche materna. Los niños siguen requiriendo ese aporte durante el primer año de vida para su desarrollo físico y neurodesarrollo. Por eso, se consideran personas lactantes los primeros dos años de vida”, agregó la profesional.

Para la médica, quien apoya sus recomendaciones en la Organización Mundial de la Salud y en distintas academias de pediatría y de nutrición, la decisión de dejar de lactar depende de la necesidad de la mamá y el bebé. No hay una norma ni mucho menos una fórmula que establezca un momento preciso para dejar la lactancia materna. Eso sí, de no existir por diferentes condiciones naturales o externas, pueden utilizarse otros productos que sirvan como aporte similar de los nutrientes requeridos.

Introducción de alimentos sólidos en bebés: Cómo iniciar la alimentación complementaria

Los alimentos sólidos que acompañen la función de la lactancia materna se introducirán en la rutina alimenticia del bebé, según indique el pediatra. Este considerará factores como el tipo de leche que el bebé ya esté consumiendo y su historia clínica, ya que el niño necesitará requisitos mínimos de neurodesarrollo a nivel gastrointestinal para comenzar con la alimentación complementaria.

“Los nuevos alimentos cubrirán ciertas brechas de nutrientes, como hierro, selenio, zinc y vitaminas A, C y/o D, que se priorizarán en los cinco grandes grupos de alimentos: frutas, verduras, grasas, proteínas y cereales”, concluyó la experta.

Aunque no hay datos cerrados que establezcan frecuencia en cuanto a la alimentación, hay ciertas recomendaciones de edad que procuran que los bebés lleven una alimentación perceptiva, en la que sus padres participen activamente del proceso y comiencen a reconocer las señales de hambre y saciedad del bebé.

Lo recomendable es cubrir durante el día entre dos y tres momentos con alimentos sólidos diferentes a la leche materna, como purés de verduras, frutas en trozos, carnes desmenuzadas y cereales sin gluten, etc., que el bebé seguirá recibiendo a libre demanda.

Finalmente, es importante incluir los alimentos de manera gradual para identificar posibles alergias y observar la tolerancia del bebé. Además, los padres deben estar atentos a las señales de hambre y saciedad de su hijo para garantizar una alimentación adecuada. 

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